La región de Laâyoune-Sakia El Hamra, con una superficie de 14.018 km2, ocupa la parte central de la región desértica. Limita al norte con la región de Guelmim-Oued Noun, al sur con Dakhla-Oued Eddahab, al este con la República Islámica de Mauritania y al oeste con el Océano Atlántico.
Según los resultados del censo de 2014, la densidad de población de la región ha experimentado un notable aumento durante las últimas tres décadas, un 47,0% hasta alcanzar las 367.758 personas en 2014. Administrativamente, la región incluye la provincias de Laâyoune, Tarfaya, el Marsa, Boujdour y Esmara.
La región se distingue por su costa atlántica que se extiende a lo largo de 575 km desde el litoral marroquí, y por la presencia de una importante infraestructura, ya que incluye tres puertos pesqueros principales: Tarfaya, Laâyoune y Boujdour.
Por otro lado, el sector industrial es un sector en crecimiento en la región, ya que el número de unidades industriales crece constantemente. La mayoría de estas unidades están orientadas principalmente a la elaboración de productos pesqueros.
La región contiene importantes actividades metalúrgicas. Sus minas aportan el 5% de la producción nacional. Otros materiales minerales como la sal y la arena se producen en la región.
La región se caracteriza por su ubicación estratégica entre Agadir y las Islas Canarias, y la naturaleza de sus zonas turísticas - dunas de arena y playas pintorescas, lo que permite un número creciente de turistas locales y extranjeros. La región contiene decenas de establecimientos hoteleros clasificados, la mayoría de los cuales están ubicados en la ciudad de Laâyoune, cuya capacidad se estimó en 2018 con 2.184 camas, un gran aumento de 43.354 en 2013 a 82.496 en 2018.
Las actividades agrícolas en la región siguen siendo marginales debido a las limitaciones climáticas, la escasez de lluvias y buen suelo. También la región es conocida por la cría de ganado a gran escala, especialmente cabras, camellos, ovejas y vacas.