El té es una bebida indispensable en el Sahara; se consume a diario y en ocasiones especiales. Es un símbolo de bienvenida. ¡Descubramos el ceremonial de esta bebida tan especial!
La preparación del té saharaui tiene sus propios rituales. Además, en ninguna asamblea puede faltar el té, cuyas tradiciones y rituales de consumo se transmiten de generación en generación y están profundamente arraigados en la sociedad saharaui.
Los saharauis que dan gran importancia al té han elaborado diversas normas de consumo. Estas reglas se denominan djimaat Talat (las tres J), ya que se enumeran en tres palabras, cada una de las cuales comienza con la letra árabe djiim (ج).
La primera regla es el Jer en dialecto Hassaniya, la lengua de los habitantes del Sahara y que designa el tiempo necesario para preparar el té para que sus componentes se impregnen y absorban el agua, lo que permite obtener una bebida de color oscuro de sabor único.
La segunda regla es el jamr (carbón) que acentúa la importancia de preparar el té sobre brasas o jamr que se ha enfriado hasta estar cerca de la ceniza. En cuanto a la última regla es la de la reunión de un grupo de personas o Jemaa sin la cual la ceremonia del té pierde su encanto.
Según las tradiciones saharauis, el té se bebe en 3 vasos. Cada uno de estos vasos tiene un nombre específico: el primero se llama al-qasah (fortificado) debido a su alto contenido de té, el segundo se llama motawasit (medio) debido a su concentración razonable, mientras que el tercero se llama helo (dulce) porque se le ha añadido mucha azúcar durante el proceso, dándole un sabor más fuerte que el del té.
En las tradiciones saharauis, el té se bebe en tres recipientes, lo que significa tres vasos a la vez. «El primer vaso de té es amargo como la vida, el segundo es dulce como el amor, el tercero es suave como la muerte», tal como lo conocen los saharauis
Dado que uno de los beneficios del té para la salud es mejorar la digestión, los saharauis prefieren beber té después de platos de carne grasosa.
La preparación del atay saharaui requiere un juego específico de utensilios. Para empezar, está la tabla, una bandeja de tres patas, generalmente de plata o cobre.
En cuanto a los vasos, en el Sáhara existe un tipo de vaso pequeño conocido como kisan al-wakh. La tetera, o al-berrad, está hecha de una sustancia metálica llamada "tasmimt" cuya principal ventaja es que resiste a las brasas.
El juego para guardar los ingredientes del té también es muy importante para la ceremonia. Tradicionalmente consta de dos recipientes: "al-rabi'ah", utilizado para el azúcar, y "zanbeel", para las hojas de té.
Por último, hay al-ghalay, que es una gran jarra utilizada para hervir el agua, y al-raabuz, que es una bomba de mano tradicional utilizada para encender el carbón de leña soplando sobre él. También hay al-majmar, un incensario de arcilla que contiene los carbones. Antes, los saharauis usaban lfirna en lugar de este incensario.
La preparación del té saharaui es un arte y puede llevar hasta dos horas. Mientras que la bebida famosa en otras partes de Marruecos es el té a la menta, el té saharaui obtiene su sabor único y fuerte de un elaborado ritual de elaboración.
El primer paso consiste en hervir agua, preferiblemente al-ghadeer (agua de lluvia), luego colocar las hojas de té o al-warka en la tetera, llenarla con una sola taza de agua caliente y reservarla.
Transcurridos unos cinco minutos, el líquido infusionado se vierte en un vaso llamado al-damaa. El agua hirviendo se vuelve a verter en la tetera o al-berrad con las hojas de té ya añadidas. Tras remover bien el té, se vierte en un vaso llamado kas tshlila, que se conoce como tshlal atay. A continuación, se llena una tetera con agua y se coloca sobre las brasas hasta que hierve. El último paso es añadir azúcar y al-elk (goma arábiga), que se utiliza para dar más espuma al té.
Conocido como Al qayam, la selección del fabricante de té se basa en criterios específicos, ya que se considera un honor que se le asigne esta tarea.